¿Quieres saber más sobre nuestro sector? En esta sección te acercamos los datos y las respuestas a las preguntas más frecuentes:

SOBRE LA ÚLTIMA CAMPAÑA:

La superficie total cultivada ha sido de 11.630 hectáreas, con un descenso del 1,8% respecto a la anterior. De esta superficie, 6.105 hectáreas corresponden a fresa (un 2% menos que el año anterior, cuando se cultivaron 6.217 hectáreas); 3.310 hectáreas han sido de arándanos (7,20% más que el año anterior, cuando eran 3.089 y un incremento de la diversificación varietal; de frambuesa se han cultivado 2.070 hectáreas (un 10% menos que en el año anterior) mientras que la mora se mantiene en 145 hectáreas. La mayor diversificación permite ampliar la presencia de los berries onubenses en los mercados.

Según los Datos del Observatorio de Precios de Andalucía para la campaña 2020/2021, Huelva produjo 349.232 toneladas de fresa de las que se han exportado 242.308 toneladas con un valor de la exportación de 535.00.000 euros. (incremento del 17,1%); 47.783 toneladas de frambuesa con exportaciones por valor de 369.961.000 euros y 57.836 toneladas de arándano con un valor de exportación de 374.001.000 euros.

Principalmente a Reino Unido, Alemania, Francia y Países Bajos, aunque dependiendo de la fruta en concreto, se exporta más a un país o a otro.

De frambuesas, arándanos y moras se exporta prácticamente toda la producción a los países antes mencionados. De fresa sí que suele absorberse alrededor del 20% de la producción por parte del mercado nacional. El motivo es una falta de cultura en el consumo de frutos rojos por parte del mercado nacional, frente a una cultura muy arraigada en Centroeuropa, donde además de consumirse en fresco son muy utilizados para la elaboración de postres.

SOBRE EL EMPLEO EN EL SECTOR:

Entre 80 y 100.000 personas de forma directa, dependiendo de la campaña. Más de 160.000 si tenemos en cuenta los empleos indirectos.

En el empleo directo, un 53% son locales, españoles o extranjeros residentes en España. Alrededor del 15%, dependiendo de la campaña, con trabajadores de nacionalidad marroquí contratados bajo la Orden Gecco. El resto son trabajadores pertenecientes a la UE y en un porcentaje minoritario, de países terceros.

Como hemos detallado anteriormente, y según datos de la Subdelegación del Gobierno de Huelva, un 53% (dependiendo de la campaña) corresponde a trabajadores locales.

La campaña de los frutos rojos necesita una gran cantidad de mano de obra en momentos muy puntuales, que suelen coincidir además con momentos álgidos en otros sectores como el servicio y la hostelería, muy potentes también en la economía de la zona. Por eso, es necesario contratar trabajadores procedentes de otros países.

El Convenio del Campo de la Provincia de Huelva, negociado por la patronal, Asaja-Huelva y los sindicatos CCOO y UGT. Tanto el convenio como las tablas salariales pueden consultarse en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP).

No hay absolutamente ninguna diferencia entre lo que cobra un español y una persona de otra nacionalidad. Muy al contrario, el coste de la contratación de una persona amparada por la Orden Gecco, es decir, las temporeras marroquíes con contrato en origen, es sensiblemente superior, puesto que al salario hay que añadir el coste de la vivienda y una parte del viaje, además de la aportación al Plan de Responsabilidad de Interfresa (Prelsi) en caso de que el empresario esté adherido al mismo. En muchos casos, y aunque no tiene ninguna obligación, la empresa asume el coste de los gastos de luz, agua o gas.

SOBRE EL CONTINGENTE:

Es el conjunto de personas con contrato en origen que se traslada hasta la zona productora de frutos rojos de Andalucía para trabajar en la campaña de recolección.

La contratación en origen es un sistema laboral basado en la migración circular. En virtud de este y en base a una serie de acuerdos entre estados, los empresarios representados por un país, en este caso, España, acuden a otro, en este caso, Marruecos, para contratar mano de obra en unas condiciones que son reguladas por la Orden Gecco. Las condiciones son por tanto establecidas por los países implicados en el sistema.

El proceso de contratación en origen está supervisado por la Comisión de Flujos Migratorios. A las reuniones de la Comisión son convocados, por el Gobierno de España, las organizaciones agrarias, sindicatos y algunas ONG.

En el proceso de venida, las trabajadoras acuden al Puerto de Tánger y cruzan el estrecho en ferry hasta Algeciras o Tarifa. Allí, las organizaciones agrarias y cooperativas disponen transporte en autobús hasta las empresas, donde las trabajadoras cuentan con sus alojamientos. En los trámites de presentación de la documentación colaboran los consultores de integración del Prelsi, ya que este proceso suele suponer un primer escollo idiomático entre las trabajadoras y las autoridades. El retorno se organiza de forma similar. Lo ideal es que las trabajadoras realicen su regreso de forma escalonada. El coste de los viajes es asumido de forma compartida, es decir, un billete de ferry lo paga la trabajadora y el otro, el empresario.

Es obligación del empresario disponer el alojamiento. Los gastos de luz agua y gas corresponden al trabajador, aunque en muchos casos también son asumidos por el empresario, eso sí, por propio deseo.

Normalmente, los empresarios disponen un transporte a la semana para que los trabajadores puedan realizar compras y otras gestiones.

Es habitual que envíen su dinero a sus familias conforme lo van cobrando, aunque esta información corresponde exclusivamente a la esfera de su vida privada.