Antes de entrar a describir cada una de las características de los frutos rojos de manera individual, cabe hacer una reflexión de manera generalista, donde podemos definir a los frutos rojos, como una fruta de muy alta calidad. El hecho de poseer estas altas propiedades antioxidantes, ayuda a reducir el colesterol, mejorar y cuidar las enfermedades cardiovasculares y oncológicas, además de poseer altas propiedades antiinflamatorias, lo que favorece al tratamiento de la artritis entre otras enfermedades.

Aunque si miramos una por una la característica composición de cada uno de los frutos rojos podemos encontrar diferencias, de manera general, en lo referido a los macronutrientes, minerales y vitaminas  son similares en todas ellas:

  • Son frutas con un elevado contenido de agua, por lo que son muy poco calóricas en general (rondan las 30-40 Kcal/100 g de producto), por tanto muy favorables en dietas hipocalóricas.
  • La energía de la que disponen, viene dada por el contenido de hidratos de carbono en forma de azúcares.
  • No contienen ni grasas ni prácticamente proteínas.
  • Tienen una elevada cantidad de fibra alimentaria, vitaminas, especialmente la vitamina C, la provitamina A o el ácido fólico y minerales como el potasio, el magnesio o el calcio.
  • Ricos en fibra alimentaria ayudando a la regulación del tránsito intestinal y gracias al potasio que contienen tienen un alto poder diurético.
  • Poseen un elevado contenido en sustancias no nutritivas pero que aportan unas cualidades excelentes. Me estoy refiriendo a los flavonoides y antocianos, pigmentos que conceden el tono característico a las frutas rojas. Estos antioxidantes funcionan evitando el envejecimiento y la destrucción celular de forma prematura.